Es en esta realidad en donde día a día, chocamos con otros planetas que van en diferentes direcciones, algunos cambian de órbita y siguen a nuestro lado, algunos pasan a visitarnos y luego parten a otro lugar a cien mil años luz de nosotros...cuantos millones de planetas pasan por nuestras vidas y que lindo es a veces encontrárselos por ahí y luego dejarlos partir quedando con el sabor dulce de haberlos tenido en nuestras vidas, pero que doloroso es darse cuenta de que algunos de estos planetas, satélites o mejor dicho cometas de nuestra vida, al partir, dejan una estela que a medida que la vemos distanciarse toma su verdadero color, cuan decepcionante es ver a esos planteas mostrar su veredero rostro al dejarnos atrás... que difícil asumir su verdadero color, que náusea saber que su bello pasar no era más que un mundo de palabras y gestos vacíos, que poco peso, que poco, que pena, que dolor de estómago ver sus verdaderos colores...planetas que corren del lado de uno a repetir los mismos gestos con otros planetas, que pena, que pena que las personas sean así, vacías y llenas de vicios, que pocos seres saben amar de verdad.
Que pena dejan en nuestra vida algunas colisiones planerarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario