Y de pronto se abren nuevos caminos, insospechados tentáculos para dibujar el futuro...promesa de nueva vida, otra cultura, otro idioma...nacer de nuevo. Es así como la vida nos enseña todos los días que caminamos por arenas movedizas, a veces nos entrampamos en ellas y nos cuesta salir, pero si mantenemos la calma y no entramos en desesperación podemos finalmente volver a nuestro camino.
Siempre he pensado que no vale mucho la pena el proyectarse tanto a futuro con nada pues de nada hay certezas futuras y vale más la pena empaparse del presente de los personajes que poblan nuestro montaje del aquí y del ahora, por eso aquí y ahora me tomo los nuevos desafíos con alegría, con ganas y con pasión, independiente si el día de mañana los actos del hoy nos llevan al escenario esperado o toman rumbo hacia otro paisaje.
Cambiar de aire y de tierra es como nacer de nuevo, a nuevas costumbres, sabores, sonidos y clima, me encantaría nacer mil veces en esta misma vida y es por eso que ya he comenzado a hacer las maletas mentales que me llevan a otras tierras, las maletas que desembarcarán en un nuevo puerto que en mi cabeza tiene dos posibles nombres...se que el camino no será sencillo y se también que será lento mas no claudicaré...juro llegar hasta el fin de está aventura
que recién nace.
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