sábado, junio 12, 2010

Por ahí están los que sufren en este momento para ti...lee esto...


"La última vez que vi al maestro Ejo Takata fue en la modesta casa de una vecindad, en los límites superpoblados de la capital mexicana. Un cuarto y una cocina, no más. Yo iba allí en busca de consuelo, sufriendo por la muerte de mi hijo. El dolor me impidió ver las cajas de cartón que llenaban la mitad del cuarto. El monje se puso a freír un par de pescados. Yo me esperaba un sabio discurso sobre la muerte: “No se nace, no se muere… La vida es una ilusión… Dios da, Dios quita, bendito sea Dios… No pienses en su ausencia, agradece los veinticuatro años con que alegró tu vida… La gota divina regresó al océano original… Su conciencia se ha disuelto en la feliz eternidad…”. Todo eso me lo había dicho a mi mismo, pero el consuelo que buscaba en esas frases no calmaba mi corazón. Ejo sólo pronunció una palabra: “Duele”, y con una reverencia sirvió los pescados. Comimos en silencio. Comprendí que la vida continuaba, que debía aceptar el dolor, no luchar contra él ni buscar consuelo. Cuando comes, comes; cuando duermes, duermes; cuando duele, duele. Más allá de todo aquello, la unidad de la vida impersonal. Nuestras cenizas han de mezclarse con las del mundo…"

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