martes, julio 21, 2009

Aspirinas y Mejorales del alma


Las mareas del corazón suben y bajan, mareas que revuelven el alma. Frialdad a lo lejos, hielo que penetra el corazón y me convence, me convence de guardarme el corazón en un bolsillo y no insistir más. Me lleno de terapias: comienzo en la mañana, después de la ducha por la terapia de secado de pelo, esta terapia consiste en quedar con muchos rulos y la cabeza tibia. Secarme el pelo me da la sensación de estar protegida por alguien, un tercero que seca el pelo desde lejos y me entrega amor infinito en este acto.
Tenemos también la terapia de los calcetines con rombos, calcetines aventureros que han acompañado mis pies en los más importantes momentos de los últimos tiempos, ponermelos se convierte en todo un ceremonial, calcetines tranquilizadores.
Luego viene la terapia aspiradora (esa es cuando estoy en mi casa) esa consiste en limpiar hasta la última miga del piso, terapia que me deja en paz, nose por qué?
Cuento también con la terapia del blog, todos los días algo nuevo que gritar en este espacio donde soy la-que-también-soy.
Tenemos también la terapia canción hace ocho días se esta cruzando en algún momento de mi día, de mi noche o de mi madrugada la canción perfecta para mi corazón.
Llega el momento de la terapia del piano, me escondo detrás de mis partituras y hago catarsis con la punta de mis dedos.
Y la última de las últimas mi refundado diario de vida, mi librito mágico que he comenzado ayer, y aunque antes tuve otros, ninguno tuvo más sentido que éste, hay tanto, tanto en el alma, que necesito que quede estampado en algún lugar…testimonios de mis días que avanzan raudos y se quedan cojitos tratando de que sus absurdas y demenciales terapias los ayuden a dejar de renguear.

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