Guardo tesoros de lo visto, me hago aficionada a ellos cada día un poco más, tratando de guardar los días que pasan para compartirlos, compartirlos o esperar que alguien los rescate. Tesoros hojas de la calle, tesoros de flores secas, boletos de tren, frascos con aire del día, etiquetas de botellas, papeles de chocolate, boletas, tesoros de mi pequeño día que esperan ser reconocidos algún día, que esperan contar la historia vivida, la historia del largo camino que estoy recorriendo para llegar a quién sabe dónde, quién sabe cuándo, quién sabe con quién, quién sabe cómo... hasta el final de mi último respiro, cuándo cruce por mi cabeza mi último pensamiento, el último aroma que entre en mi arrugado corazón.
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